Introducción


 Hace siglos, Belona, la Diosa romana de la guerra, cansada ya de lo que los vampiros emprendían contra la  humanidad  decidió crear a un ser que les plantara cara y los destruyera para siempre. Pero eran demasiados. Lo llamó Bellum, su propio nombre en Latín. Este ser poseía casi las mismas habilidades que los vampiros, de otra manera jamás podría acabar con ellos. Era rápido, fuerte, podía saltar grandes metros de altura.... Cuando el tal Bellum pisó la tierra de los mortales decidió convertir su nombre en el de una especie de seres que serían los enemigos primordiales de los vampiros. Belona no se negó. Era una buena idea crear una ejercito a partir de los humanos, como los no-muertos habían estado haciendo durante siglos. La vida de unos pocos podrá salvar muchas, se dijo a si misma.
     A cada humano que encontraba, Bellum conseguía transferirle su esencia y convertirlo en uno más de la especie. A través de las principales vías respiratorias les extraía su esencia humana, mientras les introducía la suya inmortal. Aunque guardaban parecido con los vampiros, los Bellum eran más cálidos y amigables. No poseían ese aspecto enfermizo. Aún se parecían a sus protegidos, a los humanos. Aún quedaba en ellos el resquicio de lo que antaño habían sido. Su aspecto envejecía hasta los 27 años de edad.
      El único fallo era su manera de alimentarse, necesitaban aspirar la esencia humana para permanecer con vida. Pero no la absorbían a través de su sangre, sino de su aliento. En realidad, su existencia era una ironía. Salvaban a los humanos de los vampiros, pero necesitaban la energía de los primeros para sobrevivir. Normalmente no les hacían daño, pero podían llegar a sobrepasarse. Si acababan con la vida de los humanos, la propia Belona los castigaba a una vida de sufrimiento y dolor en el infierno romano.

A punto de librarse la batalla final entre Vampiros y Bellums, algo extraordinario sucede. La aparición de alguien que creían muerto, olvidado y enterrado  pero se equivocan. La llama de un amor del pasado, de un amor siglos escondido en lo más profundo de su ser puede verse apagada por la sangre de uno de los dos bandos. Solo ella, Anette, podrá liberar a la humanidad del sufrimiento que un ejercito de vampiros tiene pensado para ellos.

    ¿Lo conseguirá?



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